Meditación 02: La pastoral del Santuario al servicio de la fe

Tu meta es…

         Comprender cómo la pastoral del Santuario del Señor de los Milagros ayuda a fortalecer la fe de sus devotos.

Momento de oración

Señor mío Jesucristo crucificado, Hijo de la bienaventurada Virgen:

Abre tus oídos y escúchame, como escuchaste siempre la voz de tu Eterno Padre.

Abre tus ojos y mírame, como miraste desde la cruz a tu dolorosa Madre.

Abre tus labios y háblame, como hablaste a tu discípulo para llamarlo hijo de María.

Abre tus brazos y abrázame, como los abriste en la cruz para abrazar al género humano.

Abre tu corazón y lléname de tus gracias, como derramaste sangre y agua de tu costado abierto. Amén.

Mira tu experiencia

¿Desde cuándo has escuchado hablar de la devoción al Señor de los Milagros?

¿Qué significa para ti la imagen del Señor de los Milagros?

¿Te gusta celebrar la Eucaristía en honor al Señor de los Milagros? ¿Por qué?

Dios te habla

En muchas ocasiones y de múltiples maneras habló Dios en el pasado a nuestros padres por medio de los profetas. En estos últimos días nos ha hablado por medio del Hijo, al que nombró heredero de todas las cosas, y por medio del cual creó también los mundos y los tiempos. Él es reflejo de su gloria, impronta de su ser. Él sostiene el universo con su palabra poderosa. Y después de realizar la purificación de los pecados, se sentó a la derecha de la Majestad en las alturas (Hb 1,1-3).

Para reflexionar

         ¿Cuál es la idea principal del texto bíblico?

         ¿Cómo nos habla Dios por medio de la imagen del Señor de los Milagros?

Profundiza…

         Con base al anterior texto bíblico, se puede afirmar que Dios en su infinito amor se sigue revelando, es decir, continúa su proyecto de darse a conocer (Cfr. 1Tim,2-4). En este sentido se evidencia que la devoción al Señor de los Milagros es una respuesta a esa auto-manifestación de Dios en su Hijo Jesucristo.

         La historia del crucifijo que se haya en el Santuario de Buga, Valle del Cauca, es un signo de cómo Dios se revela y da a conocer su misericordia, porque allí se encuentra la máxima prueba del amor a Dios: la crucifixión de su Hijo amado. Bien lo dice el cuarto evangelio: “Tanto amó Dios al mundo que envió a su propio Hijo, para que todo el crea en Él alcance la salvación” (Jn 3,16).

Para tener en cuenta

La parábola literaria que explica el origen de la imagen del Señor de los Milagros tiene un exquisito sabor evangélico. Una indígena lavandera ama a Cristo y desea tener un signo visible de su fe, un crucifijo. Pero prefiere entregar a un preso el dinero ahorrado para conseguir la imagen. El preso paga la deuda y queda libre. Y Dios la recompensa enviándole, en las aguas del río donde lavaba ropa, al Cristo milagroso que hoy se venera en el Santuario de Buga. Un crucifijo pequeño que va creciendo por sí mismo, como don o milagro de Dios, hasta la estatura actual.

La manifestación amorosa de Dios en el Santuario del Señor de los Milagros tiene como origen una página de extraordinaria madurez cristiana y humana. Un anhelo de Cristo por parte de una persona pobre y humilde (una lavandera); un acto muy generoso de desprendimiento; un don gratuito de Dios, como recompensa; y un crecimiento hacia la madurez como don de Dios otorgado al esfuerzo generoso de la lavandera.

La fe madura no se logra en un momento. Es un proceso de crecimiento, que se recorre entre avances y retrocesos, entre fidelidad e infidelidad; entre el pecado humano y la misericordia paciente de Dios. Guillermo Giraldo (2018). La pastoral del Santuario, servicio a la maduración de la fe.

Para meditar

         El relato del Señor de los Milagros, de exquisito sabor evangélico, se inicia con un ejemplo de madurez humana y cristiana que impresiona. Se trata de una mujer nativa cuya vida clama por Cristo y por eso desea tener un crucifijo; una mujer generosa con una caridad llevada al extremo dona todos sus ahorros para lograr la libertad de un preso. Es un acto enorme de madurez cristiana: su vida centrada en Jesucristo se expresa en el compromiso de una fe madura, que no espera recibir sino entregar.

Por su parte Dios da una respuesta generosa que desencadena un evento misionero importante: el don del Cristo Milagroso de las aguas. Es la manifestación amorosa de Dios que bendice al pueblo sencillo, le concede milagros, y hace del lugar un centro de irradiación misionera, al estilo de la misión histórica de Jesús.

(Fragmento tomado del artículo escrito por el padre Guillermo Giraldo: La pastoral del Santuario, servicio a la maduración de la fe. Ver Bibliografía).

Oración final

Padre nuestro…

Bibliografía

Giraldo, Guillermo. (2018). La pastoral del Santuario, servicio a la maduración de la fe. En Misioneros redentoristas, Señor de los Milagros de Buga. Tradición, Teología y devoción popular (págs. 17-36). Bogotá: Lecat.

P. Jesús Ortiz

Misionero redentorista